Quizá todas las palabras del mundo ya no alcancen para escribir estos sentimientos que me rompen los esquemas, de los que quise huir aún antes de que existieran y ahora no puedo soltar.
Y aunque las letras siempre supieron darme asilo para entumecer la caída libre que le produce a mi amor propio el hecho de no saber generarle lo mismo al corazón que se encuentra en frente; está vez no tengo forma de exteriorizarlo sin aburrir ni ser repetitiva.
Ruego ver en el cielo una estrella fugaz para pedirle que me quieras. Fantaseo con algún día, tu alma besar.
Fuiste mi peor experimento, ya vez, me salió todo mal. Quise crecer y no pude, a veces es peligroso jugar con fuego y me terminé por quemar.
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