No está.
No piensa.
No ríe.
Habla de ella en tercera persona mientras se esfuma entre pensamientos que no son suyos.
La noche y el insomnio le oprimen el alma y no la dejan descansar.
Se hunde en pesadillas que la dejan inmóvil en el más allá.
Se pierde en otros planetas, porque de este no sabe ya cómo escapar.
Quiere ser de los fuegos que encienden, sin miedo a aprender.
Vuelve la risa, vuelve la paz y el amor a su piel.
Se acuerda del mundo que sueña y todo lo que esta dispuesta a ser.
Contagia en sus ojos la llama, te invita a su juego para animarse a creer.
Anula aquellas voces sordas que no le permiten comprender.
Vuelve a su nido a escribir un mundo nuevo, ahora que todos los días vuelve a nacer.

El juego de mi vida

Alimentar a mi niña interior, ir por mis sueños dejando volar a la ilusión.
No dejar ni una gota en el tintero,  decirle a las personas que me inspiran lo mucho que las quiero, correr acompañada a romper el pabellón de los miedos, aprender a pedir ayuda, y que si me equivoco, aprendo. Ese fue para mi el aprendizaje y motivo más importante para querer vivir siempre en un primer cuadrante.
Amarme loca infinita, chaparme entera mi naba, sabiendo que siempre me indica el camino en el encuentro lo que necesito en ese momento para ir más allá, sin darle bola a esos juicios que no hacen más que estancarme en el mismo lugar.
Y así ir por la vida libre, valorada y valiente,  sacando el jugo de cada fracaso, con el hambre eterno de perseguir lo que siento, abrazando la sabiduría que deja cada caída.
Alimentar el fuego eterno del león guerrero, mover mi ser aprendiendo la lección que me deja cada situación.
Ir por la vida así, sin que me importe el qué dirán,  diciendo basta a esa autocrítica que no me permite avanzar. Tomar el fibron de mi vida sin importar lo que juzguen los demás.
Darle valor a lo que soy y genero, amarla la vida enamorada de ella, sin escuchar ese lobo del mal, que me hace perderlo todo para volver a empezar. Aprendí a cuidar lo que quiero sin tener que hundirme en la escurridad de la caverna platónica para reencontrarle sentido todos los días a mi realidad, rearmando mi alma partida, emparchando solo lo que hay que reparar.
Darle rienda suelta al mundo inteligible dándole de comer en la boca al lobo de la bondad, alegría, paz, amor, esperanza, serenidad, humildad, dulzura, generosidad, benevolencia, amistad, empatía, verdad,  compasión y fe, siendo el cambio que quiero ver en el mundo, impactando de forma positiva en un otrx para lograr la sociedad empatica, equitativa, igualitaria, solidaria e humilde que quiero crear.
Ser infinita aprendiz y maestra, soltar las cadenas que me oprimen en mis delirios de opiniones equivocas, romper el status quo del standar socialmente aceptado.
Ese fue mi aprendizaje y motivo más importante para elegir vivir siempre en un primer cuadrante, sin temores ni barreras, dejando atrás la programación robótica conocida como normalidad.