No me interesa pecar de intensa

No me interesa pecar de intensa ni perder la dignidad, solo quiero en esta carta escupirte toda mi verdad.
Que tus ojos son mi lucero y tú sonrisa mi norte, que por las noches aún espero que vuelvas a mí esperanza salvar.
No me interesa pecar de intensa, si ya tu amor no me pude ganar, dejo la dignidad nuevamente en el freezer y con muy poco me puedo conformar.
Me muero por enamorarte y ser dueña de tus sueños, me encantaría ser tu ‘juntos a la par’, pero si solo tengo tu cuerpo puedo ser feliz igual.
No sé porqué siempre tanto enigma, no sé porqué ni sí ni no, no sé porqué mi escasa paciencia con tanto vuelteo aún no se agotó.
Sería increíble poder olvidarte, encontrar alguien más que me haga fantasear igual, sería tan lindo de mi mente sacarte o que seas solo un buen trofeo y nada más.
En los momentos en que la soledad apabullante hace a tu recuerdo brillar, tomo el teléfono y te escribo. Pero con vos ya está todo perdido, nunca logramos llegar a ningún lugar.

Borrador de amor

Apareces y desapareces como se te antoja, jugas con mi ilusión al Ping Pong. Usas mi esencia como un cruel borrador del amor.
Te fascina dejarme con las ganas, no te animas a probar lo nockeante que puede ser una buena mezcla de fuego, intensidad y amor. No sé porqué sos tan reacio a que te quiera, si puedo con tu alma hacer un arco iris de pasión.
Dale, anímate, quédate un poco conmigo y haceme fantasear. Yo te prometo que mi adoración nunca te va a faltar.
Dale, anímate, quédate un poco en mi vida, deja afuera los miedos que no te pienso lastimar.
Será tu obstinación al sufrimiento, será mi mala suerte en el amor, será que tú mente ya es de otro cuerpo o que no supe volverte loco de pasión.
No sé qué hacer ya con este fuego, busqué otros cuerpos y no lo supieron apagar. Vení a oficiar aunque sea de bombero casco rojo, que con eso me puedo conformar.
Dale, anímate, quédate un poco conmigo y haceme fantasear. Yo te prometo que mi adoración nunca te va a faltar.
Dale, anímate, quédate un poco en mi vida, deja afuera los miedos que no te pienso lastimar.

Tu nombre o el amor.

Será tu nombre, que es el prohibido, será tu risa o que es amor, porque no olvido.
Tu sonrisa que supo ser sueño por excelencia, esas dos noches de volvió real, vendo mi alma por repetirlas, no me molesta volver a perder la dignidad.
Ya no importan tus mentiras, conocí a golpes la realidad, ya no te pido caricias tiernas sino el fuego ardiente de tu pasión.
Todo queda en el olvido igual, todo queda en el olvido cuando pienso que tuve tu sonrisa y la dejé pasar. Todo queda en el olvido, todo queda en el olvido igual, cuando me vuelvo consciente que a tus ojitos de miel no los pude conquistar.
Que horrible es despertarse y no poderte besar, no por tus caricias ni tus mentiras, sino que suscitaste pasiones a las que es difícil renunciar.
Tu sonrisa eterna se me vuelve a encarnar, pero yo con tu nombre, ya no puedo jugar.

Pasa que yo invito

Te invito el desvelo, los mates y el porro. Te cocino cuando quieras con gusto el bajón.
Te invito el insomnio que llegó para quedarse, te invito a que pases por mi corazón.
Ya sé que en mil promesas, jure sólo sexo sin amor pero me pierdo tanto en tu sonrisa que quiero a diario con ella ver salir el sol.
Te invito a quedarte cuando quieras, te invito a mi alma pasar. Te invito a que valgas las penas, que con amigas y Malbec sanarán.
Te invito conmigo, a cupido probar. También confiemos en la suerte, y en qué alguna vez nos tiene que tocar.
Te invito a que pases por mi alma, te invito a quedarte acá. Que pasemos juntos mil noches, y más de una canción.

R con R guitarra

Te busqué durante tantos años, te sentí y no lo conseguí. La euforia de mi amor fue muy apabullante para tí.
Lo siento mucho, mil disculpas, esto es escorpio  con una cuota extra de la bella intensidad.
Acá estoy, sola e intensa, mate y guitarra, soledad y porro. Mi intensidad y vos.
Vos y tu recuerdo que cansan pero no se van, vos y la pasiones nuevas que supiste despertar.
Vos, lo más hermosamente horrible que mi intensidad se podía cruzar.
Y acá estoy, sola e intensa, mate y guitarra, soledad y porro, viendo que hace mi cabeza con vos.
x

Augusto Vladimir ♡

Te quiero escribir y me quedo sin palabras, tu maravilla me obnubila. Tus ojitos de estrella, tu sonrisa de arcoiris, tu carita de sueño cumplido tan parecida a la mía me despiertan el sentimiento de amor más grande y profundo que me tocó vivir hasta el momento, ese que te deja sin palabras cuando lo querés describir.
Te quiero escribir y me quedo sin palabras. Me quedo sin palabras y lo celebro, como celebro cada segundo de tu existencia, como celebro todos los días que tú sonrisa haya llegado a devolverme la esperanza, como celebro todos los días que tu mamá sea mi hermana.
Te quiero escribir y me quedo sin palabras, pero te cuento un secreto, amorcito mío, jamás en la vida me hizo tan feliz quedarme sin palabras, jamás en la vida me hizo tan feliz descubrir todos los días un sentimiento distinto, jamás en la vida me hizo tan feliz un ser tan chiquito.
Te quiero escribir y se me caen las lágrimas de verte crecer tan pleno y feliz. Te quiero escribir, pero solo me sale decir Gracias.

Partime el alma

Partime el alma, que no te olvido. Partime el alma de la misma forma que me partiste la cabeza. Partime el alma y el cuerpo entero, y que un rayo furioso parta al medio el amor, total no sirve para los placeres inmensos que me estás negando vivir. Rompeme toda, como quieras, total yo ya tengo claro como arreglarme y nadie me quita después lo bailado. Y más que nada lo gozado.
Que un rayo nos parta al medio a los dos, pero que nada me separé del placer de dormir enredada en tu cuerpo, viendo las estrellas en el cielo raso.
Será que toda la vida show o nada, será que no vivo sin el drama, pero partime el alma y todo lo que quieras, que yo te elijo porqué vales las penas pero más que nada las ganas.

Rompeme toda

Rompeme toda. Y en todos los sentidos. Rompeme el alma que no me interesa, rompeme los esquemas así los reinvento, rompeme el corazón total después lo reconstruyo. Rompeme lo que quieras, que me vuelve loca. Haceme sentir de nuevo ese fuego que me invade cuando me tocas, dame otra vez el placer de nuestros cuerpos incendiándose. Rompeme toda, que no me importa, total después todo lo roto lo vuelvo a encontrar sano en tu sonrisa. Rompeme lo que quieras pero no me dejes sin el regocijo de admirarte cuando no te das cuenta, enloqueciendo por tu belleza. Haceme mierda, vuelteame por todos los estados de ánimo que existen, total poco y nada me importa lo demás, si al final me espera tu cuerpo ardiente para descubrir pasiones inimaginables, para seguir perdiendo el pudor por placer que me genera verte recorriendo mi cuerpo, y al mismo tiempo investigar el tuyo, animándome a lo que nunca con un gozo que no conocía. Rompeme toda, que me vuelve loca. Déjame seguir coleccionando momentos que jamás pensé sentir, déjame seguir conociendo la magia en un orgasmo, déjame seguir incursionando en esta maravilla del gozo infinito, acabando exhausta de satisfacción. Rompeme toda, el alma, el cuerpo y el corazón, que te sale bárbaro y yo lo disfruto a más no poder.

Besar tu infierno, y enloquecer de vos.

Los rastros de esa noche candente se quedaron impregnados en mi piel como un tatuaje, y ahora mi cuerpo reclama tu calor. No le importa llevarse puesto en el camino lo poco que quedaba de mi dignidad, no le importa seguir insistiendo ante el no y pisotear el escaso monto que consigui en oferta de autoestima, no le importa nada. Mi piel escarchada se obnubilo frente a la hoguera que supiste generar, quedó ciega ante ese infierno tan perfecto y maravilloso. Tan perfecto que no podía durar. Tan perfecto y efímero, como es siempre lo real.
Ahora el hielo volvió, y aunque yo no quiera, quiere instalar una dictadura para poder gobernar en paz, para no volver a tropezar. Todo por el miedo que le produce derretirse, para volverse a crear. (No entendió nada esa historia del ave fénix, ni de la magia que tiene errar para volver a empezar.)
Y ahora mi piel anda perdida, confundida, buscando tu calor en donde sea. Cayendo en infiernos vacíos, de otra jurisdicción. Encendiendo fuegos que después no sabe (o no quiere) apagar. Jugando a ser capitana de otros barcos, pero sin ganas de timonear. Haciendo con otros hombres, lo que uno le hizo a ella.
Los rastros de esa noche candente se quedaron impregnados en mi piel como un tatuaje y ahora mi cuerpo no hace más que reclamar a gritos tu calor.

Duda

A veces me gustaría saber qué onda lo que pasa por tú cerebro. O no. No sé. No sé si me da la nafta para que me digan en la geta lo infumable que soy. O ya lo tengo bastante asumido, y me corro para evitar oírlo. Pero a veces de verdad quisiera saber cuál es tu verdadera concepción de mí. O no. No sé. Tu jugada me resulta tan rara. Me volaste el bocho en una noche. No, tampoco te agrandes, Chacarita. Es lógico que después de tanto golpe tenga ganas de creer algún chamuyo lindo, y el tuyo era hermoso. En realidad, sabía que me estabas vendiendo espejitos de colores, pero era tan lindo lo que decías, que me moría de ganas de creer. Y como la cabeza contra el paredón ya me la di mil veces, y sin querer, hacerlo una consciente ¿Qué me puede hacer? Total del pozo aprendí a salir cuando nací, y lo tomé como modo de vida. Sé que si caigo no tengo más opción que levantarme, cuando tomas conciencia de eso es maravilloso ver cómo caes, sola y seguís sola también. Capaz lo hago solo para verme caer y salir, y soñar con tu sonrisa es el cotillón. Tú sonrisa. Que cosa hermosa, tu sonrisa, eh. Me vuelve loca. A veces me gustaría saber qué onda lo que pasa por tú cerebro. O no. No sé. A veces fantaseo con que en realidad estás muerto de amor por mí, y no te animas a asumir el riesgo, seguro que es un mecanismo de defensa menos doloroso que enfrentar el hecho de no haberte generado nada. A veces, me hago la independiente y superada, que solo quería sacarse las ganas, pero la verdad es que me carcome la duda de lo que pudo haber sido. A veces me gustaría saber qué onda lo que pasa por tú cerebro. O no. No sé. Quizá solo quiera el motivo de tu transformación a fantasma tan repentina. O quizá prefiera seguir fantaseando en mi mundo de mentira y unicornios multicolores. A veces me gustaría saber qué onda lo que pasa por tú cerebro. O no. No sé. Tal vez por eso, escribo esta carta que no te va a llegar nunca. A veces me gustaría saber qué onda lo que pasa por tú cerebro. O no. No sé.
Page Graphics

Seguidores