La casa de los monstruos II

No me pidas perdón ahora que tus ojos no lo sienten, que tus miedos no lo ven.
Tu arrepentimiento ya no tiene quorum frente al odio con el que me acechaste. Las noches de insomnio que me robaste ya no tienen espacio en mi memoria, ya no puedo perder el tiempo haciendo un mar de lagrimas por eso, ya no tiene sentido volver nuevamente emoción ese podrido dolor.
Vuelvo a ver con los anteojos violetas de la utopía y el amor, toda tu violencia se diluye en el brillante río que lava las heridas y las sana con pasión.
No me pidas perdón ahora que mis miedos no te temen, mis fantasmas te enterraron y ya no sienten el daño de tu perversidad en mis puntos débiles, porque los cubrió de hierro todo tu rencor.
Ya tu crueldad sano en varias sopas de letras, ya le puse metáfora a lo que quedo del horror, ahora ya sé que cuando la noche y la soledad me encuentran son menos frías que tu opresión. Aunque pase temporadas muda, encerrada en mi cabeza, ahora ya se como gritar lo que siento sin usar mi voz.
No me pidas perdón ahora, el tiempo se encargo de hacer lo suyo y evaporar  tu resentimiento , ahora descubro todos los días que mis manos son magia y puedo pintar arcoiris brillantes, transformando en maravilla cualquier rastro homicida de tu insensible ferocidad.
No me pidas perdón ahora, ya mis miedos no te sienten, ya mis ojos no te ven.

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