Escribir para amar, para matar, para sanar el alma de una manera diferente, para poder vivir mil historias desgraciadas con finales felices, para rescatar a todas las princesas de las brujas malvadas y tejer millones de fantasías entre palabras. Escribir para soñar, para reír, para llorar, para descargar todas las penas en una sopa de letras y juntar los pedacitos de sueños rotos para armar nuevos, con ilusiones más fuertes. Escribir para sentirse amado, para tapar los agujeros del alma e inventar lo que no existe, lo que falta, lo que se fue. Escribir para vivir todo lo que se piensa, cien vidas distintas en dos hojas de cuaderno. Escribir para revivir lo que queda guardado en la memoria, para volver a pasar las cosas por el corazón. Escribir para tener todo lo que se quiere y sacar todas las facetas existentes en alguien, para mentir y fingir que todo esta de maravilla. Escribir, tan solo, para ser uno mismo, reencarnado en mil personas.
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