Y entonces el día no fue más día, y la noche no fue más noche. Se fundio sumisa en si misma, y dejo que la consumieran cruelmente las llamas de su cabeza. La dejaron inconsciente, muerta en vida. Queria correr pero no sabia muy bien donde estaba parada, queria huir pero no tenia ni un minimo acto reflejo, queria tantas cosas, que no sabia lo que queria. Cuando tuvo intenciones de salir, sin siquiera asomar la cabeza, supo la tormenta que habia afuera, con rayos asesinos y truenos desgarradores.

'Esos no son lugares para una princesa' pensó sin errar, para luego volver a si.