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fuaaaa, hace mucho no tocaba esto !


Había una vez, en un mundo perfecto donde nada salia mal, un princesa llamada Sofía, que vivía feliz, sin problema alguno, todo era hermoso, su vida era un cuento de hadas hecho realidad. Pero como en todo cuento de hadas, también existía una bruja malvada, la tristeza, que junto con la miserable soledad un día se apoderaron de su gran palacio y lo convirtieron en un horrible pantano, lleno de tristeza y desolación.
Sofía vivió años y años encerrada en la torre más alta, muerta de miedo por lo que las dos desalmadas hechiceras le podrían hacer si se animaba a salir, esperando a su príncipe azul, que llegue a rescatarla en su caballo blanco. Años, siglos esperando... pero nunca nada pasó.
Un día, cansada ya de esperar, dejo que todas sus esperanzas se fueran volando en la última mariposa que quedaba escondida en ese oscuro y tenebroso lugar. En el mismo momento en que la mariposa empezó a volar, ella cayó al suelo, casi sin vida, ya sin sentir nada. Y fue en ese preciso instante cuando apareció el hada madrina, le dijo que no existía ningún príncipe azul, que él nunca la rescataría, pero si así y todo igual quería recuperar su reino y que vuelva a ser el mismo de antes, ella y solo ella lo podía hacer, le regalo un poco de su fuerza y valentía para que se levante y pueda luchar y salio volando por la ventana.
En un santiamén, la dulce princesa ya estuvo lista para cruzar la puerta y combatir por lo que le pertenecía, se armo de coraje y fue a reconquistar sus tierras y liberar a su mundo de las dos maliciosas brujas.
Fue una guerra muy difícil, en la cual perdió muchas batallas, pero nunca, nunca más, se dejó vencer y así fue como recobro su tan preciado tesoro y esa paz que le hacia tanta falta.
Y como todos los cuentos que empiezan con había una vez, esta doncella pudo darle al propio, un final feliz. 

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